Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

El Sr. Presidente del Consejo de Ministros (Sagasta): El Sr. Duque de Tetuán padece el error de creer que el Gobierno y la Comisión no están conformes con lo que yo he dicho: están completamente conformes; con lo que no lo están, es con lo que ha dicho S.S.; porque S.S. dice: ?Modo de realizar el pensamiento del Presidente del Consejo de Ministros: que quede en suspenso este proyecto de ley, hasta que se realice ese otro proyecto?. (Varios Sres. Senadores: No, no, no). Lo que hay es que el Presidente del Consejo de Ministros propone, de acuerdo con la Comisión y con el Gobierno, que el dictamen se apruebe tal como está y que se presente cuanto antes, inmediatamente, otro proyecto para resolver esa otra cuestión. (El Sr. Ministro de la Guerra: Yo he invitado al Sr. Marqués de Estella a que lo presente. ?El señor Botella: Y mientras tanto, ¿qué se hace? ?El Sr. Ministro de la Guerra: Lo que se está haciendo ahora. ?El Sr. Marqués del Pazo de la Merced: Entretanto lo que se hace es legislar de Real orden. ?Grandes rumores. El Sr. Presidente agita la campanilla). Pero, señores, ¡si no es puñalada de pícaro! (Risas. ?El Sr. Marqués de Estella: Pues entonces, irán algunos a Ultramar que no deben ir). Pues irán. (El Sr. Marqués de Estella: ¿Y al que le corresponda por sorteo sin deber ir, con derechos adquiridos?) ¿Pues no están yendo nuestros soldados a la fuerza todos los días? (El Sr. Ministro de la Guerra: No hay ley que dé derecho ninguno). ¡Pues no parece más sino que se trata de mandarlos a la muerte! (El Sr. Marqués de Sardoal: Pido la palabra. ?Grandes rumores. ?El Sr. Presidente agita la campanilla). Lo que hay es, que si el Sr. Marqués de Estella no tiene paciencia, en el buen sentido de la palabra, para esperar a que el proyecto de ley sea presentado por el Gobierno con todos los datos necesarios, puede S.S. presentar una proposición de ley, y yo le ayudaré. Pero entretanto, señores, la cosa no es tan extraordinaria que vaya el Senado a detenerse por una cosa así y a dejar en suspenso la misma ley que él hace, ni por poco ni por mucho tiempo.

No parece, repito, sino que a los oficiales que van allí se les manda precisamente a morir, cuando ya se sabe las vacantes que hay, y que para casi todas ellas existen voluntarios que vayan, y si no hay más, es porque esperan a que se dé una recompensa, que si no, habría más. De manera que el peligro no existe, ni el apremio es tan extraordinario para que no se pueda esperar a que se presente ese proyecto de ley, el cual promete traer el Gobierno y no hay lugar a dudas. Yo desearía que el Sr. Marqués de Estella retirase esta enmienda ante esta promesa; pero si no la retira, suplico al Senado que no la tome en consideración, porque viene a mezclar dos asuntos enteramente distintos, complicando un dictamen que, hoy por hoy, viene marchando corrientemente y tiene fácil solución. (El Sr. Duque de Tetuán: Pido la palabra. ?Muchos señores Senadores: A votar, a votar. ?Grandes y prolongados rumores. ?El Sr. Presidente agita la campanilla). [1533]